La Casa de Cultura acogió el pasado jueves la última sesión del IV Ciclo de Conferencias del Aula Abierta de la Universidad Popular. En esta ocasión, el tema central fue ‘La música en los cuidados de la salud’, a cargo del doctor Crispín Gigante Pérez, quien acumula una extensa trayectoria el “maridaje” de ambas disciplinas.
Con el final de curso en la Universidad Popular toca también despedir el IV Ciclo de Conferencias del Aula Abierta, que este año ha abordado diferentes aspectos de la cultura y el folclore. Para cerrar esta extensa programación, la Casa de Cultura acogió el jueves una interesante charla que aunó música y salud, de la mano del doctor Crispín Gigante. El ponente fue presentado por la concejala responsable, Paqui de la Cruz, y el director del centro, Juan Antonio Moraleda, que despidieron el año académico agradeciendo a conferenciantes, asociaciones y colectivos que lo han hecho posible.
El doctor Gigante, originario de Villanueva de los Infantes y con un profundo vínculo con Manzanares, donde estudió y residió durante años, regresó a la que considera su casa para compartir su conocimiento sobre el poder de la música, no sólo como arte, sino como una herramienta fundamental en el cuidado de la salud. Enfermero, podólogo, doctor por la Universidad Complutense de Madrid, profesor honorífico del departamento de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Alcalá y músico profesional; ha dedicado más de 30 años de su vida y carrera a “maridar salud y música”.
Gigante presentó estudios realizados con sus estudiantes en la Universidad de Alcalá y otros centros, donde ha medido respuestas fisiológicas como la frecuencia cardíaca, tensión arterial, frecuencia respiratoria, hormonas como el cortisol y la adrenalina, y aspectos del sistema inmunitario como los anticuerpos. Durante su intervención, explicó que la música es “arte y ciencia”, capaz de armonizar y equilibrar “cuerpo, mente y espíritu”.
Señaló que, aunque a nivel social se habla mucho de ‘musicoterapia’, él prefiere hablar de “la música en los cuidados de la salud”, aplicable a la persona indistintamente de su estado de salud. Este enfoque holístico permite aplicar la música para prevenir, mantener, promover la salud, en rehabilitación y cuidados paliativos, “buscando el bienestar y la calidad de vida”.
Abordó cómo la música influye en las emociones básicas como el miedo, la ira, la aversión, la sorpresa, la tristeza y la alegría. También destacó su impacto en lo cognitivo y conductual, mencionando cómo la música puede facilitar el aprendizaje o estar asociada a hábitos de vida. Resaltó que, como toda herramienta, tiene su dualidad: puede servir para estimular o inhibir, para unir o separar, para la paz o la guerra.
Durante la charla, además de mostrar algunos de los resultados de sus estudios, el doctor Gigante explicó el proceso fisiológico de la audición, desde la vibración inicial hasta la percepción en el cerebro y cómo esto se relaciona con las emociones y las diferentes respuestas del organismo. Para cerrar y, en respuesta a algunas de las cuestiones del público, el ponente concluyó que, aunque la música “cura poco”, sí predispone al organismo a hacer frente a las adversidades, actuando como “un gran distractor”, por ejemplo, en el manejo del dolor.