La plaza de la Constitución acogió el pasado jueves la concentración ciudadana en apoyo al pueblo palestino. Una manifestación pacífica en defensa de los derechos humanos, la justicia y la paz, en la que Manzanares lanzó un grito contra la violencia y la indiferencia.
La iniciativa ciudadana:‘Manzanares contra el genocidio del pueblo palestino’ convocó en la noche del jueves a decenas de vecinos y vecinas en la plaza de la Constitución para decir “no” a la barbarie a la que Israel está sometiendo a la población civil de Palestina. La concentración, a la que acudió una representación del equipo de gobierno municipal, sirvió para dar lectura a un manifiesto, a cargo de Feli Mendoza, que se definió como “un grito contra la indiferencia”. El texto dejó claro que “empatizar con Palestina no nos hace antisemitas ni nos pone de ningún lado, solo nos hace humanos”. Asimismo, expresó una “enérgica condena a las acciones terroristas del grupo Hamás y a todos los modos de violencia que tiñen de sangre y de horror la vida de tantos inocentes”.
“No podemos, no queremos y no vamos a permanecer en silencio mientras en Gaza sucede una de las mayores tragedias humanas de nuestro tiempo”, rezaba este manifiesto, denunciando que se trata de “un crimen contra la humanidad que nos interpela a todos” y haciendo hincapié en las alarmantes cifras: “más de 65.000 personas asesinadas en menos de dos años, de las cuales más de 18.000 son niños y niñas. Además, se reportaron más de 127.000 heridos, muchos con amputaciones, quemaduras y traumas irreparables, en una población donde la mitad son menores”. La situación humanitaria en Gaza es “catastrófica”, añadía, con casi toda la población desplazada y asediada, sin acceso seguro a agua, comida o medicinas.
El texto recordó que Naciones Unidas advierte que “el 100% de Gaza está en riesgo de hambruna, con más de un millón y medio de personas ya en una situación extrema” y denunció que las leyes internacionales que protegen los derechos humanos están siendo “pisoteadas”, con hospitales destruidos, ayuda humanitaria bloqueada y asistencia médica atacada. “Los equipos de emergencia se ven obligados a operar sin electricidad, anestesia ni material básico, mientras toneladas de alimentos y medicinas esperan al otro lado de la frontera”.
En este contexto, y evidenciando el “castigo colectivo” del que también son víctimas las y los periodistas asesinados mientras dan a conocer al mundo esta tragedia, Manzanares se sumó al clamor de organizaciones como Unicef, Oxfam Intermón, Médicos Sin Fronteras, Save the Children y Movimiento por la Paz para exigir: “un alto el fuego inmediato y definitivo; la protección real de la población civil conforme al derecho internacional humanitario; la apertura total y sostenida de todos los pasos fronterizos para la entrada masiva y sin condiciones políticas de ayuda humanitaria; el respeto y restablecimiento del mandato de las agencias humanitarias, sin criminalización ni obstrucciones; y el fin de los castigos colectivos, del hambre y el desplazamiento forzado como arma de guerra”.
El manifiesto concluyó con un llamamiento a la conciencia colectiva: “Con cada niño o niña que muere, con cada madre que llora, con cada familia enterrada bajo los escombros, algo de nuestra humanidad desaparece. No podremos decir que no lo sabíamos”. E instó a no cesar la movilización, a seguir reivindicando la paz y la justicia para el pueblo palestino y a continuar denunciando el genocidio que Israel está cometiendo, ante la mirada pasiva de gran parte de la comunidad internacional: “que nuestra voz cruce fronteras y llegue donde las bombas intentan imponer el silencio. Manzanares con Palestina”.