El derbi vecinal de fútbol, en Primera Autonómica Preferente, se quedó en el ‘José Camacho’. El Manzanares CF venció el domingo al Membrilla por 3-1 en un partido trabado que costó mucho abrir a los locales ante un rival bien plantado en el terreno de juego. Los de Daniel Stechina se repusieron del empate y sentenciaron en el tramo final.
Un duelo Manzanares-Membrilla siempre resulta atractivo sin importar la clasificación de unos y de otros. Y aunque los visitantes llegaron al ‘José Camacho’ como colistas compitieron de tú a tú a los franjiblancos y tuvieron el apoyo de buen número de aficionados desplazados hasta Manzanares.
El técnico local, Daniel Stechina, tras la baja de William por motivos laborales, tuvo que recomponer una vez más su once y situó a Matías Cabral en el centro de la defensa, lo que dejó huérfano el centro del campo manzanareño. En el primer tiempo hubo pocas ocasiones. Las más claras fueron locales gracias a acciones individuales de Julio o Yuber por los extremos. Fue éste quien a los 23 minutos hizo el 1-0 con un buen tiro cruzado desde fuera del área.
José María Jiménez, exjugador manzanareño del Membrilla, se echó encima al equipo y de sus botas llegaron los acercamientos a la portería en la que debutó Carlos Esquinas. El empuje visitante fue mayor tras el descanso y en el 48 llegó el empate con un balón colgado al corazón del área que Alfonso consiguió enviar a la red. El tanto dio alas a los amarillos, pero el Manzanares despertó y volvió a tomar las riendas.
Hubo que esperar hasta el minuto 71 a un jugadón de Lemus por la banda derecha, que se fue con habilidad y velocidad de los contrincantes para enviar un perfecto servicio al área grande donde Leo Peredo no perdonó e hizo el 2-1. Los locales no fueron conservadores y viendo herido a su rival buscaron la sentencia. Llegó a diez minutos del final con una falta al borde del área en la que Ciro Britez, a la media vuelta, sorprendió a Seve de tiro raso pegado al poste con el que puso el definitivo 3-1.
Resultado que da alas al Manzanares, asentado en el centro de la tabla, y que deja tocado a un equipo que jugó buenos minutos pero que arrastra una dinámica difícil de cambiar.