Daniel Jiménez, joven manzanareño y usuario del Centro de Atención a Personas con Discapacidad Intelectual (CADI) de Manzanares, ha recibido su título del Curso Universitario de Formación Avanzada ‘Actividades Auxiliares en Entornos Públicos’ del programa ‘Incluye e Inserta Ciudad Real’. Un hito que no sólo supone un logro personal, sino que también subraya la relevancia de un proyecto que impulsa la justicia social y la integración inclusiva.
El Curso Universitario de Formación Avanzada en Incluye e Inserta Ciudad Real, ofrecido por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Ciudad Real, tiene como objetivo principal brindar más oportunidades de empleo a través de un modelo de educación inclusiva y profesionalizante.
Dentro de este programa, Daniel Jiménez ha cursado una formación teórica de noviembre a mayo, adquiriendo competencias en digitalización, informática, habilidades sociales, prevención de riesgos laborales, e incluso nociones de deporte, idioma y aprendizaje para la vida independiente. Posteriormente, realizó una parte práctica de un mes en el Ayuntamiento de Ciudad Real, llevando a cabo labores administrativas. Daniel confiesa que este mes de prácticas ha sido tan satisfactorio que “no me quería ir”.
Nuria Fernández-Medina, educadora del Centro de Atención a Personas con Discapacidad Intelectual de Manzanares, destaca la experiencia como “muy novedosa y enriquecedora” al incluir a personas con discapacidad en el contexto universitario. Subraya que, además de capacitar al alumnado para mejorar su autonomía y empleabilidad, estas formaciones son “fundamentales para su autoestima y su calidad de vida”.
Y es que, más allá de lo académico y laboral, la experiencia universitaria de Daniel ha sido profundamente valiosa a nivel personal, ya que ha vivido de forma autónoma en una residencia universitaria, donde logró integrarse plenamente y sentirse, asegura, “uno más”.
En todo este camino, el CADI Manzanares también ha jugado un papel importante, “de acompañamiento”, afirma Fernández-Medina, capacitando a Daniel en habilidades prelaborales, incluyendo tareas de conserje y administrativas, papel que sigue desarrollando hoy día en el centro.
La educadora, que ha puesto en valor que desde las administraciones públicas y otras entidades como Laborvalía y la propia UCLM se apueste por este tipo de formaciones, ha recordado también el imprescindible rol “de apoyo y confianza” que ha desempeñado la familia de Daniel.
Ahora toca poner la mirada en el futuro y, en eso, Daniel tiene claro su objetivo: “conseguir el trabajo”. Asegura que le gustaría trabajar como conserje, preferiblemente en un colegio, donde ya tiene experiencia, pues ya estuvo desempeñando estas funciones en el CEIP ‘Enrique Tierno Galván de Manzanares’.
Y es que Daniel “es un ejemplo de que al final se puede”, tal y como afirma su educadora, celebrando que estas iniciativas demuestran que, “con los apoyos adecuados, las personas con discapacidad intelectual pueden lograr una vida plena y alcanzar sus metas”.
Su mensaje para otros compañeros y compañeras del centro y para aquellos que aún no se atreven a dar el paso nos vuelve a dar una lección de resiliencia y esperanza: “no os rindáis, pasito a pasito, ésto se puede conseguir”.